Ciro fulminó la
cocina con la mirada deseando que James y Judd estuvieran allí para verlo.
Después de todo, su ira iba dirigida hacia ellos. No podía creer que hubieran
tomado una decisión tan estúpida. Amy había llegado a su casa ayer, tan herida
que podría haber muerto en la mesa de su cocina. Se encontraba perdida, sin
memoria y sin recuerdos, y ellos pretendían que a la mañana siguiente se
incorporase al instituto ¡Era de locos! Por supuesto, la idea había sido de
Judd. Ayer, ya casi al final de la tarde, Judd había ido a casa de sus vecinos,
los Záitsen, y les había pedido uno de los viejos uniformes Graciela, la mayor
de las hijas, que tenía 14 años pero que igualaba en estatura a Amy.
Al principio, James
había hecho uso de su sentido común, y se había puesto de su
parte diciéndole a Judd que era demasiado pronto para enviarla al
instituto. Que ella necesitaba más tiempo para curar sus heridas. Pero cuando
Amy se despertó para la cena con renovadas energías y ávida de respuestas
a sus infinitas preguntas, James empezó a pensar que tal vez la idea de Judd no
fuese tan descabellada.
Cuando Amy se
acostó agotada de nuevo, volvieron a discutir sobre el asunto. Judd argumentó
que sería beneficioso para la memoria de Amy hacer vida normal cuanto antes.
Ciro insistía en la necesidad de que le dieran tiempo a la pequeña para
recuperarse físicamente. Mientras James seguía indeciso, sin saber elegir cuál
de las dos opiniones era la mejor para Amy. Pero entonces Judd había jugado
sucio, y le había dicho a James que si enviaban a Amy al instituto sabrían, sin
lugar a dudas, que Ciro no faltaría a clase. No la dejaría sola, y tenía razón.
A partir de ese momento James había apoyado a Judd y la decisión había
sido irrevocable.
Había preparado el
desayuno y estaba esperando a que Amy bajara para comérselo. Pero la
frustración lo acometía y seguía sin poder creer que tendría
que llevársela con él al instituto. Ya estaba muriéndose de la
preocupación y ni siquiera habían salido de casa. Suspiró y empezó a poner algo
de orden en la caótica cocina. Su enfado no hizo más que crecer al ver que sino
limpiaba él, nadie lo haría.
Al poco tiempo, Amy
entró en la cocina, vestida con el uniforme de Graciela que le quedaba bastante
bien, aunque algo ajustado en el pecho. Iba seguida de James,
quien parecía estar usando a la joven como un escudo humano contra su
sobrino. Amy se alegro mucho al ver la comida y le atosigó a preguntas sobre
cómo la había hecho, mientras engullía su bollo y bebía su zumo de
naranja recién exprimido. No fue fácil, pero consiguió satisfacer su
curiosidad. Pronto descubrió que James se había encargado de explicarle a Amy a
dónde irían esa mañana, cosa que fue un gran alivio. Hasta que se dio
cuenta de que el asunto parecía ponerla nerviosa, lo que le hizo
mostrarse muy hosco con su tío hasta que salieron por la puerta.
Por el camino Amy
le cogió de la mano y el gesto le había parecido tan natural que no le dio
importancia. Entonces se fijó en que la chica estudiaba su cara temiendo su
reacción. Eso le hizo pararse en seco.
-¿Pasa algo?-
preguntó, no quería que tuviese ningún motivo para temerle. Ella agachó la
cabeza y centrando su mirada en el negro abrigo que llevaba puesto. Le
quedaba algo grande demás, pero aún así se veía hermosa, con la luz mortecina
de la mañana sacando claros destellos de su pelo castaño.
- Es que pareces
enfadado y creo que es por mi culpa- dijo con pesadumbre y luego apretó su mano
antes de continuar- Pero es que vas muy rápido y tengo miedo de perderme.
Crio se quedó
lívido, había tachado de desconsiderados tanto a James como a Judd. Pero el que
la había hecho sentir mal con su actitud desaprensiva había sido él. Sin
soltarla se acercó a ella y le levantó la cabeza con la mano libre. La
diferencia de altura era notable, pero ella no parecía asustada y tampoco se
apartó de su contacto.
-No estoy enfadado
contigo- en cuanto lo dijo Amy pareció aliviada y le dedicó una fugaz que no le
llegó hasta los aquellos intensos ojos verdes. Aún la embargaba la duda de no
saber si le estaba mintiendo o no- Simplemente no estoy de acuerdo con la decisión
de Judd y James.
-¿Por mi culpa?- la
sola idea parecía atormentarla, era evidente que no quería que se enfadasen
entre ellos por su causa.
-No, es sólo que yo
pienso de una manera diferente a la de ellos, no es culpa tuya. Además te debo
una disculpa- la sorpresa se dibujó en las facciones de Amy.
-¿Por qué?
-Primero por
hacerte creer que estaba enfadado contigo, y luego porque por no haberme dado
cuenta de que necesitabas ir más despacio- llevó su mano desde su cara hasta un
de los mechones de Amy y lo retuvo entre sus dedos- Además quiero que sepas que
puedes pedirme ayuda siempre que quieras.
De manera
totalmente espontánea Amy le abrazó y sonrió, esta vez la alegría le llegaba a
los ojos. Era una sonrisa sincera, y
Ciro le devolvió el abrazo estrechándola entre sus brazos.
-Te perdono- lo
dijo de forma alegre y vehemente, pero de pronto pareció dudar- ¿Se dice así,
verdad?- Ciro no pudo evitar echarse a reír.
-Sí, tranquila lo
has dicho muy bien- su respuesta le valió otra sonrisa de la joven.
Continuaron el
camino de la mano. Amy no paraba de hacer preguntas sin cesar de todo cuanto
veía, aunque parecía evitar el tema del instituto. Ciro trataba de contestar a
todo cuando podía, pues muchas veces ella no le daba tiempo a contestar. Ella
lo examinaba todo con detenimiento y Ciro se fijo en que a
pesar de ir bien abrigada temblaba y se esforzaba por no tiritar. Cuando
llegaron al instituto Ciro se apresuró a meterla en el patio interior.
Amy estaba
totalmente impresionada al ver la brumosa multitud de estudiantes que se
agrupaba en corrillos. Cotilleando sobre cualquier tema, antes de que el timbre
les indicara que debían subir a sus respectivas clases. La perplejidad se
reflejaba en su cara pero no parecía amedrentada por la apabullante
aglomeración de estudiantes. Se colocó detrás de Ciro y agarró la
parte trasera de su chaqueta mientras este abría paso entre la
gente.
Divisó a su amigo
Vladimir, y se quedó ampliamente sorprendido al encontrarlo con Nika Kirchev
entre sus brazos. Quien parecía tener el
rostro algo ensombrecido. Sabía que Vlad estaba enamorado de Nika desde que
eran niños pero ¿Cuándo se habían hecho novios? Sonrió feliz por la pareja y se
acercó a ellos.
-Falto un día al
instituto y os convertís en la parejita feliz- meneó la cabeza
con exagerada desaprobación. Los dos esbozaron somnolientas sonrisas pero
aun así Nika se sonrojó.
-Eso parece-
contestó Vladimir. Acto seguido se fijó en la presencia de Amy y le lanzó una
mirada interrogativa. En realidad lo difícil habría sido que no reparara
en ella, pues Amy había asomado la cabeza por detrás de Ciro y no le quitaba el
ojo de encima a Vladimir. Parecía totalmente hipnotizada con su
visión creando una situación algo incómoda.
-Os presento a Amy
Nóvikov- mientras lo decía colocó a la pequeña delante de él. Al percatarse de
que temblaba de frío, le rodeó la cintura con el brazo y la atrajo hacia si, en
un intento por hacerla entrar en calor.-Fue atacada por los lobos y Kaleb la
trajo a nuestra casa para que la curásemos.- Amy se había quedado petrificada y
continuaba mirando a Vladimir con los ojos muy abiertos. Sin saber que hacer
Ciro decidió continuar hablando.- Las heridas se le están curando bastante
bien, pero ella no recuerda más que su nombre y su edad- bueno eso y a Kaleb,
pero no vio ningún motivo para mencionarlo.- Se quedará con nosotros hasta que
encontremos su hogar- un incómodo silencio los acogió a los cuatro y Ciro tuvo
la imperiosa necesidad de romperlo- Esto... Amy estos son Vladimir Kornovski y
su reciente novia Nika Kirchev.
Amy asintió
silenciosa, con la mirada todavía clavada en Vlad, del todo ajena a la tensión
en el ambiente. Se mordió el labio y parecía estar debatiéndose entre
decir algo o no.
-¿Por qué tu pelo
es de otro color?- la pegunta de Amy iba sin duda dirigida a Vladimir y Ciro no
pudo menos que echarse a reír. Amy debía de estar muriéndose de
curiosidad. Vlad era el primer chico rubio que ella veía y sin duda era todo un
complicado misterio para la pequeña. Su risa resultó contagiosa para los otros
dos jóvenes y ese fue el turno de Amy para sonrojarse.
-Es que yo soy
rubio, pero eso es normal, no soy el único, ya verás como a lo largo de la
mañana ves a más gente como yo.- Vlad le sonrió afectuosamente- Y con un poco de
suerte verás a algún pelirrojo, aunque por aquí no hay muchos la verdad- Amy
parecía concentradísima absorbiendo su respuesta. Pero enseguida recuperó
su estado jovial y dejó caer su atención en Nika, que
sonreía tímidamente aunque divertida por la situación. Ciro estaba
seguro de que Amy repararía de inmediato en su parecido con Kaleb. No se
equivocaba, la chispa de reconocimiento que encontró en
sus esplendidos ojos verdes se lo confirmó. Era una chica lista y muy
observadora.
-Mi hermano ya me
había hablado de ti, pero pareces más sana de lo que él recordaba ¿Cómo es que
te incorporas tan pronto al instituto?
-Porque Judd y
James piensan que es lo mejor para mi,- respondió alegre- para que recupere mis
recuerdos,- su voz descendió una octava antes de añadir- pero Ciro no piensa lo
mismo y se ha enfadado mucho.- dijo mientras la seriedad se pintaba en su
rostro- Pero no es culpa mía ¿sabes?- al añadir esto último parecía tan
sorprendida que provocó las risa de los tres muchachos dejándola un
poco confusa.
El timbre sonó,
Vlad y Nika se marcharon a sus respectivas clases y Ciro guió a Amy hasta la
suya, en la que gracias al director coincidían ambos. En el aula el profesor
Oler hizo una pequeña presentación de Amy, poniendo al tanto a los alumnos de
su precaria situación. También les informó de que se le había mandado un
comunicado a las demás clases, para evitar posibles infortunios.
Amy descubrió que
sabía leer y escribir con soltura, y Ciro nunca había visto a nadie tan
eufórico como ella en ese momento. Más tarde en el recreo se volvieron a
encontrar con Nika y Vladimir, a lo que Amy no tardó en ponerlos al corriente
de sus descubrimientos, de forma muy alegre y efusiva.
Al poco rato de
terminar su relato, Amy bajó la mirada al suelo y empezó a retorcerse los
dedos. Seguía temblando de frío y Ciro sabía que no había conseguido entrar en
calor en toda la mañana por lo que se preocupó de nuevo por su salud.
-¿Puedo hacerte una
pregunta, Nika?- era la primera vez que Ciro la veía pedir permiso para
preguntar algo. La miró perplejo y entonces comprendió lo que sucedía. Amy se
había dado cuenta de la timidez de Nika y se estaba esforzando por no
incomodarla.
-Claro, pregúntame
lo que quieras- la sonrisa de Nika era tranquilizadora pues el nerviosismo de
la pequeña era palpable. Aun así Amy hizo una pausa antes de atreverse a hacer
su pregunta.
-¿Por qué te
pareces tanto a ese chico?- al instante todos comprendieron que se
refería a Kaleb.
-Porque es mi
hermano- Nika se apresuró a responder, con un tono de muy suave, que Ciro nunca
le había oído antes, tratando de tranquilizarla. En respuesta Amy alzó la
cabeza confusa.
-¿Qué es un
hermano?
-Pues verás, cuando
dos o más personas comparten los mismos padres, se dice que son hermanos ¿Sabes
qué son los padres, no es cierto?- Amy asintió en una respuesta silenciosa y se
relajó un poco al comprobar que Nika no se había ofendido por su pregunta.
Se acercó a Ciro y
apoyó la cabeza en su pecho, el comprendió que algo había cambiado en su humor
y la rodeó con los brazos.
-Sé que son los
padres, pero no sé dónde están los míos. Si es que los tengo claro.- una
profunda tristeza se reflejaba en voz y Ciro entendió que había acudido a él en
busca de consuelo.
Nika se acercó a
ellos y cogió una de las pequeñas manos de Amy entre las suyas.
-Lo sabrás, te lo
prometo- la solemne mirada de Nika se encontró con la desconcertada de Amy. A quien
sin duda le había infundido una gran determinación cuando asintió de nuevo.
Ciro se preguntó,
si Nika sería consciente de que con aquel pequeño gesto, se
había granjeado el incondicional afecto de Amy.
Cuando acabaron las
clases la pareja fue a despedirse de ellos. Ciro estaba muy contento porque al
fin estuvieran juntos. Había sido sabedor de los profundos sentimientos que
Vladimir sentía por Nika, y ahora parecía que ella le correspondía.
Por el camino de
vuelta a casa, escuchó como Amy repetía todas y cada una de las palabras que
profesor Oler había dicho en su clase de historia, solo que ahora parecían
francamente interesantes. Al parecer esa había sido la clase favorita de
Amy.
Al llegar a casa
Ciro preparó la comida, mientras Amy revoloteaba a su alrededor y observaba
atentamente todo cuanto hacía. Su tío y Judd se unieron a ellos en cuanto se
sentaron a la mesa. Charlaron relajadamente aunque sin duda Amy llevaba la
mayor parte del peso de la conversación. Cuando acabaron ella intentó ayudarles
a recoger pero sus fuerzas no se lo permitieron. La mañana había estado cargada
de sobrecogedoras emociones para ella, agotando sus energías. Sus heridas
acompañadas del cansancio, no la estaban ayudando. Pasó el resto del día en
cama, pero esta vez, aunque sabía que Amy se había excedido, Ciro lo dejó
correr. No quiso volver a discutir sobre el tema, pues
era innegable que hacer vida normal había sido bueno para Amy, tanto
a nivel psicológico como a emocional.
Angie.
Glorysneg Highschool |
OMG. CIRO ES UNA MONADA. Debo admitir que al principio no me había caído del todo bien, pues me parecía el típico chico gruñón que busca carne para comer o "comer" (ya entiendes). Pero la verdad es que lo veo muy protector con Amy *-* Se porta muy bien con ella, y eso de pasarle el brazo tanto por encima, JUJUJUJUJUJU (SOBRE TODO LA PRIMERA VEZ, cuando Amy tenía frío XDDDD Dios, en ese momento estaba en plan OH MY GOD, aquí hay rollo rollo <3). Ahora Ciro me cae bien *-*
ResponderEliminarHA SIDO SÚPER CUQUI CUANDO AMY LE HA COGIDO LA MANO Y EL OTRO SE HA DISCULPADO Y ADFAJPDFIAJDPFAPIO.
Lo de preguntarle a Vlad por qué su pelo era diferente me ha matado xDDD Pobre, es como una niña pequeña <33 *^* Me da pena y me encanta a la vez :'D OIX OIX OIX ES QUE ES TAN MONA QUE ENTRARÍA EN LA HISTORIA Y LE COGERÍA DE LOS MOFLETES *^^* <33
"¿Por qué te pareces tanto a ese chico?"
AWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWW<33333 LA ADORO.
LO SIENTO, me he quedado a medias porque ha venido mi madre "APAGA ESE ORDENADOR" y aquí me tienes de incónito con el móvil u.u
ResponderEliminarEn fin, que Kaleb me gusta para Amy, pero ahora Ciro también D: (me odiarás por esto, pero debo hacerlo: Cimy *-*). Kamy Cimy Kamy Cimy D: Estoy en un bucle T^T Es que Ciro ha sido demasiado adorable en este capítulo D': Aiix, cuando la abrazaba<3 Qué cosa más mona *^* ¡Me lo como! :3
En fin en fin en fin, que me vuelvo cansina u.u
¡La escuela me encanta! *-* El edificio de la foto es muy... antiguo... y muy... ruso *_____*
¡Un capítulo genial! :D ¿Para cuándo el 8? ^^ (Pido el 8 porque sé que el 7 lo escribe Emily y dijo que ya estaba *-*).
¡Besos!<3
JAJAJAJAJAJAJA
EliminarBien veo que Ciro tiene éxito jeje es un chico muy protecctor con las personas que le importan :D
No te odio por lo de Cimy, pero es que cada vez que mezclas así los nombres me cuesta mucho dejar de reír xD
Y para el capitulo 8 tienes que esperar un poquito porque salen muchos personajes nuevos y estoy intentando que se refleje bien la personalidad de todos. De todos modos creo que en dos o tres días lo habré acabado.
¡¡Besos!!