7 de septiembre de 2012

Capítulo V: Primer Obstáculo.


Atravesó el sendero de losas grisáceas que conducía desde la verja hasta la entrada principal del domicilio de los Kirchev. Dos grandes arces japoneses de hojas rosadas flanqueaban el último tramo del camino, antes de llegar a la gran puerta que daba entrada a la acogedora casa de doble planta recubierta por regia piedra oscura y coronada  por un tejado a dos aguas. Una gruesa capa de nieve cubría el jardín y las copas de los árboles, y varios copos se enredaban entre sus cabellos oníricos. Sin embargo, su hermosa sonrisa brillaba más que la virginal nieve de Glorysneg. 


Entró en casa, un delicioso aroma a café recién hecho llegaba hasta el pequeño recibidor. Dejó las llaves en un pequeño cuenco situado en una de las dos mesitas auxiliares que custodiaban la puerta principal, se quitó el grueso anorak que protegía su cuerpo del frío siberiano y lo colgó en el perchero antes de acceder al inmenso salón a través del arco apuntado. La chimenea estaba encendida, y su madre estaba colocando sobre la mesa de café cinco tazas de porcelana en las cuales servía el humeante café que Nika había olisqueado desde la entrada. 

-¿Ya estás aquí, Nika? –Sonrió su madre. Serena Kirchev era una mujer atractiva y graciosa, con los enormes ojos verde pálido que ninguno de sus hijos había heredado, y una larguísima melena ondulada negra como la noche. Su cuerpo curvilíneo se deslizaba sigilosamente a cada movimiento, una auténtica ninfa demoníaca.

-Sí, ¿qué pasa? ¿Ha venido Theodor? –A Nika no le gustaba demasiado su hermano Theodor, mayor que Kaleb y mucho más salvaje y despiadado que cualquier otro demonio de su familia. A pesar de todo, reprimió la mueca de disgusto y siguió sonriendo.

-No, no exactamente, pero llegas justo a tiempo –Serena se acercó a su hija y la tomó de la mano-. Tu padre y yo queremos presentarte a alguien.

Un escalofrío le recorrió la espalda. ¿Cómo en diez segundos puede un día perfecto convertirse en un infierno?

La puerta bajo la escalera que llevaba al piso superior se abrió, y Kaleb fue el primero en salir. Sus orbes le confirmaron, cuando la miró, que sus peores temores se iban a cumplir. Tras él, otro muchacho precedió a su padre. Tenía media melena color avellana, unos pómulos pronunciados y unos rasgos muy duros, como aquellos protagonistas de las películas de acción. Dos rasgados ojos dorados la escrutaron violentamente mientras una torcida sonrisa que pretendía ser complaciente empezaba a aterrorizarla. Charlaba animadamente con su padre, quien parecía complacido al ver cómo el desconocido miraba a su hija.

Grigori Kirchev, a pesar de ser un hombre bastante mayor, seguía manteniendo su elegancia y su atractivo desde los veinte años, pudiendo igualarse a sus hijos. Su energía inundaba la sala, creando una atmósfera pesada e incómoda, aunque su familia ya estaba acostumbrada a ello. Sus ojos, plateados, como los de todos a quienes el gen de Belphegor afectaba; y una mata de cabello negro ondulado retirada hacia atrás. De pronto, detuvo la conversación con el muchacho y alzó la mano, invitando a su hija a acercarse a él. Nika tomó la mano de su padre con recelo y dejó que la situase frente al desconocido. Kaleb les esquivó y se sentó en la butaca de cuero más cercana a la chimenea encendida, tomó una taza de café y perdió la mirada entre las llamas.

-Sergei, esta es mi hija, Nika –Comenzó el patriarca-. Querida, este es Sergei Smirnov, el  primogénito y heredero de la estirpe de Leviatán. 

-Eres mucho más hermosa de lo que me había dicho tu padre –Sergei le tendió la mano, y ella le devolvió el gesto, a sabiendas de que recibiría un beso en el dorso. Este le provocó un nuevo escalofrío, y ya no había sonrisa en sus labios.

-Sin embargo, yo no sé nada de ti –Respondió fríamente, retirando la mano.

-Sentémonos.
Nika se acomodó junto a su hermano, sus padres frente a ellos, y el invitado entre ellos. No se podía decir que no fuese guapo, su altura superaba con creces a la de sus hermanos y estaba muy musculado. Aquella hormona que los demonios desarrollaban a partir de cierta etapa de su crecimiento y que atraía a cualquier otra criatura inferior podía llegar hasta el aguzado olfato de la muchacha, quien ingirió un largo trago de café para evitar que se le subiese a la cabeza. Ella todavía era muy joven para desarrollar tal hormona, incluso Kaleb llevaba menos de un año haciéndolo. Empezó a dolerle la cabeza, pues los demonios ajenos a los de su familia le afectaban mucho más.

Kaleb frunció el ceño al ver cómo Nika se estremecía en su asiento, y cómo Sergei reía entre dientes.

-La familia de Sergei es la única familia del pueblo que envía a sus hijos a estudiar al extranjero –Comenzó papá-. Él acaba de regresar, pero ya habíamos hablado de esto mucho antes.

-¿Antes? –Pestañeó Nika- ¿Cuánto hace que está planeado?

-El verano pasado, tuvimos una de nuestras reuniones entre las familias –Explicó mamá-. Igor y Lena Smirnov dijeron que les gustabas mucho para su hijo, así que empezamos a hablarlo todo.

-Es decir, que hace casi medio año que mi vida está planeada por vosotros, ¿no?

-Nika, cariño –La joven se puso en pie, apretando los puños.-, no te alteres.

-Estoy harta de todo esto –Cruzó los brazos sobre el pecho-. No tenéis derecho a decidir mi vida por el simple hecho de ser mujer. ¡No podéis!

-Nika –La voz de Grigori sonó autoritaria-, contraer matrimonio con el heredero de otra familia de demonios es un verdadero honor. Y no podemos dejar que la tradición decaiga.

-¡A la mierda con la tradición!

-¡Te casarás con Sergei, te guste o no!

Los ojos de Nika se llenaron de lágrimas. Sin embargo, la profunda ira de su expresión no vaciló ni un ápice. En silencio, caminó hacia las escaleras y desapareció subiéndolas.

Serena se dirigió al invitado con aflicción, abochornada, y trató de sonreír.

-Discúlpala, por favor. Tiene un pronto muy malo, pero es una buena chica, y  muy disciplinada, de verdad.

-No tiene por qué disculparse, Serena –Contestó Sergei-. Me gustan las mujeres con carácter, y comprendo el enfado de su hija. Necesita tiempo para asimilar un acontecimiento de tal índole, no la culpen por ello.

-No hables como si la conocieses de algo –Repuso Kaleb, obviamente enojado por la situación.

-¿Tú también vas a poner obstáculos a esto? –El patriarca se llevó la mano a la frente, con cansancio.

 -¿Es que sólo Theodor ha comprendido en qué consiste pertenecer al linaje de los Kirchev?

-No voy a meterme, no obstaculizaré la ceremonia. Sólo os pido que dejéis de actuar como si conocieseis a Nika –También él se puso en pie y se dirigió a las escaleras, pero se detuvo una vez más-. Por cierto, papá, no es que Theodor lo comprenda, es que es tan idiota que acepta todo lo que se le ha inculcado sin cuestionárselo ni una vez.

Kaleb subió las escaleras y cruzó el pasillo de la izquierda hasta llegar al dormitorio de su hermana. Estaba sentada sobre el banco bajo la ventana, abrazándose las rodillas y sollozando profundamente. El muchacho se sentó junto a ella y la abrazó, pasándole un brazo sobre los hombros. Nika se acurrucó contra el cuerpo de su hermano

-¿Están muy enfadados? –Balbuceó un rato más tarde.

-No, no te preocupes –Acarició sus cabellos-. Sergei les ha dicho que no está molesto contigo, y que te comprende.

-Me da igual si está molesto o no, sólo quiero que desaparezca –Sorbió por la nariz.

-Nika, ya lo hemos hablado, no hay nada que podamos hacer. Pero al menos aún tienes tiempo –Suspiró-. ¿Te acuerdas de cuando salí con la hija de los Korsakov? A los tres meses, le dijeron que una semana después se casaría con aquel demonio extranjero. Nunca volví a verla.

-He hablado con Vlad –Confesó, sorprendiendo a su hermano-. Estamos saliendo juntos, ¿sabes? –Sollozó de nuevo-. Me ha besado, Kaleb. Nos hemos besado.

-Entonces, con más razón debes disfrutar el tiempo que te queda –La abrazó, protector.

-¿Y si quieren que me vaya, como le pasó con Cynthia Korsakov? –Se llevó las manos a la boca- No quiero irme, me gusta vivir aquí.

-No te irás, todos los hijos de los Smirnov se han criado aquí hasta que han tenido edad de ir al instituto.

-¿Hijos? ¿Voy a tener que tener hijos con ese…?

-Lo siento si te desagrado –Su voz sonó perspicaz desde la puerta. Sergei les observaba con una mueca inexpresiva en su rostro.

-Sergei… -Murmuró, enjugándose las lágrimas con el dorso de la mano.

-¿Puedo hablar a solas contigo? –Kaleb echó un vistazo a su hermana, que asintió, y salió de la estancia, dejándoles solos y cerrando la puerta tras de sí.

Sergei se acercó a la ventana y observó cómo los copos de nieve caían sobre la parcela de los Kirchev. El blanco del paisaje se reflejaba en los enrojecidos ojos de Nika, quien seguía encogida sobre sí misma y evitaba su mirada. El moreno hizo un gesto, pidiendo permiso para sentarse junto a ella, y cuando se lo cedieron se acomodó a su lado.

De nuevo aquel aroma llegó hasta ella. No era una fragancia, ni siquiera un olor, pero entraba por la nariz del mismo modo que los tiburones podían oler el miedo. Allí, encerrada con aquel demonio adulto completamente formado y sabedor de sus habilidades, estaba totalmente indefensa. Inspiró hondo.

-Siento que me hayas oído decir eso, estoy muy enfadada, pero tú no tienes la culpa –Se disculpó Nika.

-No tiene importancia, de verdad. En tu lugar, yo te habría gritado más-Sonrió de forma escalofriante-. Dime, Nika, ¿cuántos años tienes?

-En dos semanas cumpliré dieciocho –Respondió, mirándole por primera vez a los ojos. Craso error, su respiración se entrecortó, y un sudor frío comenzó a perlarle la frente.

-Lo siento, ojalá fuese un poco más joven –Cerró los ojos, abatido.-. Pero las cosas son así, y cuanto antes lo asumamos…

-¿Asumir? ¿Qué pierdes tú con esto?

-No es que pierda algo, pero consigo que una chica maravillosa me odie sin conocerme si quiera.

Aquello la dejó desarmada por completo. Agachó la cabeza y murmuró una nueva disculpa.

-Me siento muy frustrada con esto. He visto a mis hermanos crecer libres y sin ataduras, y yo apenas he empezado a vivir.

-Podrás seguir estudiando si lo deseas, y viajaremos tanto como te apetezca. Por favor, dame una oportunidad.

Sus ojos ambarinos la escrutaban con apego, y algo en su interior se derritió. Tal vez la situación fuese injusta, pero Sergei no parecía un mal chico, y ya que no podía librarse, mejor con alguien con quien se llevase bien. Decidió sonreír mientras el recuerdo de Vladimir palpitaba en su interior.

-En ese caso, tal vez podríamos llevarnos bien. Pero me gustaría mantener mi libertad hasta la boda.

-Claro, siempre y cuando te mantengas dentro de unos límites.

-¿Límites? –Parpadeó- Nadie me ha dicho nada.

-Tu virginidad –Sergei no se andaba nunca con rodeos-. Debes reservarte para mí.

-Pero… -Trató de protestar, perpleja.

-Es la única condición que te pongo –La interrumpió-, y serás libre durante los meses que te quedan.

Ante aquello, sólo podía asentir. Ni siquiera había pensado en ese tema, y de haberlo hecho, habría decidido que sería Vladimir el primer hombre en su vida. De todos modos, no se sentía preparada para ello, ya que nunca lo había meditado.

Suspiró. La dichosa hormona desprendida por el demonio estaba agotando sus energías, y se sentía muy cansada. Mareada, se dio la vuelta y abrió un poco la ventana, dejando que la gélida brisa refrescase su rostro.

No sabía si era impresión suya, pero Sergei estaba cada vez más cerca, se cernía sobre ella como un manto oscuro y atrayente que no podía evitar. Sentía sus ojos despiadados clavados en los suyos, tan dulces e inocentes, tan llenos de miedo.

Sus labios se rozaban, pero el aire todavía separaba sus bocas. Nika respiraba agitadamente, su mente estaba en blanco, y sólo imágenes de los deseos más íntimos de su cuerpo bombardeaban su imaginación. Él sonrió y profundizó el beso.

No quería esperar hasta el matrimonio.


Emily.

3 comentarios:

  1. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAWWWAAAAAWWWWWW
    AY DIOS MÍO. AY MADRE. AY. AY. AY. AY.
    ¿POR QUÉ LO QUE ESCRIBES SIEMPRE TERMINA SIENDO ASÍ DE... SENSUAL?
    Vale, en este capítulo mi cabeza ha estado cambiando de opinión constantemente. Al principio era un "JOOOOOOOO, pobre Nika T^T OJALÁ SE MUERA SU PROMETIDO". Luego un "JOOOOOOOOO, pobre Sengei, me da mucha pena T^T". Después: "KALEB, TE AMO <3". "Aix, qué triste es la vida de Nika". "Jum, Sengei es muy bueno con ella..." Y de repente salta con lo de la virginidad O_o ¡¿PERO QUÉ ES ESTO?! ¡NIKA PERDERÁ LA FLOR CON VLADIMIR (o en su defecto, Kaleb e_e)! Luego ya se puede casar con Sengei, que tampoco me cae tan mal. OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH ES QUE ES TAN SENSUAL EL TIO<3 OJOS DORADOS *^^* No podías poner ojos normales, no, tenían que ser DORADOS *_______* Jo, así no hay quien lo odie.
    ¿¿¿BESO??? ¿¿¿NO PODIA ESPERAR HASTA EL MATRIMONIO??? MAS VALE QUE SEPA YA QUÉ SIGNIFICA ESO T_T AMAHSIAIAHSJSKOAGAOSOAHASOW D:
    Por cierto, ¿otro hermano? ê.e YO LO QUIERO CONOCER :'D Por lo que dijo Kaleb y Nika, me caerá MARAVILLOSAMENTE mal :'D O quizá no ê.e Quiero saberlo D:
    IGUAL QUE QUIERO SABER QUÉ PASA CON KAMY. SUBID LAS DOS YA D:

    Ya está, me he viciado. Es la primera historia compartida a la que me vicio. Así que me veréis bastante por aquí, tanto que os cansaréis de mí y me mandaréis a tomar fanta D:

    Muchos besos<3
    Y buenas noches ^^

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    1. No puedo evitarlo, tus comentarios siempre me sacan una sonrisa. Sí, la verdad es que siempre tiro mucho hacia el lado "físico" de las relaciones, no puedo evitarlo, creo que es la mejor forma de expresar un sentimiento después de las palabras o como sustituto de estas. En dos días, Angie subirá la continuación, y el siete ya está listo para ser subido. Ten paciencia, nos encanta dejaros con la intriga jojojo
      Theodor es, básicamente, un capullo integral.
      Ah, y todavía hay más personajes :)
      Estoy muy contenta de que te hayas viciado ^^ Es genial tener tan buenas fans como tú.

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    2. Yo pienso que como fan vales tu peso en oro,te lo juro :D

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